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11 de abril de 2013
10 de abril de 2013
4 de abril de 2013
Misa de difuntos
El próximo viernes, día 5 de abril, a las 20:00 horas, en la Parroquia de San Juan de Letrán, la Hermandad ofrecerá la Santa Misa por el eterno descanso del alma de los Hermanos difuntos. Rogamos la asistencia de todos los Hermanos.
2 de abril de 2013
Agradecimiento
Vuestra ayuda, el respeto mostrado y la devoción hacia nuestro Titular solo nos empuja aún más a trabajar con ahínco y perseverancia, teniendo como único objetivo engrandecer ésta, nuestra Cofradía.
Las decisiones
tomadas por esta Junta de Gobierno siempre son pensando en el bien de la Cofradía , los hermanos y
sobre todo en Nuestra Bendita Imagen y si en algo hemos errado pedimos
disculpas.
Agradecer a todos
los que componen la “familia jesuista”: nazarenos, monaguillos, mantillas,
romanos, portadores de insignias y horquilleros de nuestros pasos por su
respeto, paciencia y buen hacer, que hacen de nuestro Jueves Santo un marco
incomparable.
Gracias a todas
aquellas personas que habéis participado en la ofrenda floral, en estos tiempos
de crisis hacéis un gran esfuerzo para depositar vuestros deseos en cada ramo
de flores junto a los pies del Señor.
1 de abril de 2013
Mensaje de Pascua de D. Jesús Catalá, obispo de Málaga
«Asociados a Jesús compartimos su muerte y
resurrección»
En la Pascua celebramos el “paso”,
que Jesús hizo de la muerte temporal a la vida eterna. Este hecho es un
acontecimiento único en la historia de la humanidad. Ningún ser humano antes
que Él y nadie después que Él ha podido realizar este “paso”; pero Jesús de
Nazaret lo ha hecho por su condición de Dios y Hombre a la vez. El fiel
creyente, que se asocia a la muerte de Jesucristo en el bautismo, queda
asociado también a su resurrección; su vida temporal queda impregnada de
inmortalidad; su inteligencia limitada queda iluminada por la luz de la fe;
experimentando el amor de Dios, queda capacitado para amar. En definitiva, el
creyente puede realizar la “Pascua” con Cristo, dando el “paso” hacia lo
eterno.
Por la fe se nos regala el don de vivir con esperanza y agradecimiento.
Nuestra pequeñez y miseria es ocasión de misericordia; la humillación, de
exaltación; las penas se truecan en alegría; y la amargura se dulcifica.
La Pascua nos permite traspasar nuestros cortos
límites, porque se nos tiende la misma mano de quien resucitó a Jesús de entre
los muertos. Por eso, «si vivimos, vivimos para el Señor, si morimos, morimos
para el Señor» (Rm 14,8), que murió y resucitó por nosotros,
rescatando nuestra vida. Desde su resurrección estamos en deuda de amor con Él;
deuda impagable, que debe llevarnos a vivir sólo para Él, pues el amor sólo con
amor se paga.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
+ Jesús, obispo de
Málaga
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